Un nuevo informe entregado por el Banco Mundial, reveló el estado actual de la migración en Chile y destacó los aportes al crecimiento económico que las personas extranjeras realizan al país y por ende propician un mejor desarrollo.
En el documento llamado ¿Puede la migración beneficiar a Chile? Desafíos y oportunidades, se aborda la migración como un fenómeno global y regional, cuyo impacto depende de la política pública que adopten los países y del apoyo ciudadano. Según datos actuales, 280 millones de personas están viviendo en un país distinto a su país natal en 2020, 41 millones de personas migrantes y refugiadas residen en un lugar diferente al de su nacimiento en Latinoamérica, un 28% de la población desplazada global está en Latinoamérica, 7.7 millones de personas venezolanas han salido de país y alrededor de 6.6 se reubicaron en Latinoamérica.
Cerca de 532 mil personas de nacionalidad venezolana residen en Chile y cerca de 1.1 millón corresponde a otras nacionalidades y el 85% de los migrantes venezolanos quiere permanecer en territorio nacional. Con todas estas estadísticas, el documento revela que Chile tiene la posibilidad de adaptar sus políticas para aprovechar los beneficios de la migración, cómo lo han hecho países vecinos, a través de tres ejes: 1. Bono demográfico, 2. Impacto Macroeconómico, y 3. Impacto fiscal.
Según el Bono Demográfico, que muestra que la población en edad de trabajar es mayor que la población dependiente y que genera un escenario propicio para el crecimiento económico, señala que el 40% de los migrantes en Chile está en el inicio de su vida laboral y tiene entre 20 y 34 años. Además, tienen una participación muy activa en el mercado laboral, cuyo porcentaje alcanza el 80,8% frente a 59,4% de chilenos. También establece que demandan menos costos de protección social, porque por cada peso de beneficio que reciben, pagan más impuestos y sus niveles educativos son similares o superiores al promedio chileno: casi 400 mil con título de educación superior.
En la categoría de Impacto Macroeconómico, se establece que las personas migrantes han generado contribuciones valiosas a los indicadores macroeconómicos de Chile, entre 2017 y 2023. Se estima que sólo la migración venezolana contribuyó en 0,2 puntos porcentuales (pp) al crecimiento real del PIB, en promedio entre 2017 y 2023 y 117 dólares al PIB per cápita. Además, se recomienda que diseñar estrategias de inclusión socioeconómica para esta población favorece el recaudo fiscal, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita y total del país, y la reducción del déficit fiscal.
En relación al Impacto Fiscal, revela que la tasa de sostenibilidad fiscal de las personas chilenas es de 1,012, lo que significa que, por cada peso de beneficio a un chileno, el fisco recibe 1,01 pesos de impuestos. La tasa de sostenibilidad fiscal de los migrantes venezolanos en Chile es 1,63 y la de los otros migrantes es 1,61. Es decir que por cada peso que reciben en beneficios sociales, un migrante venezolano paga en impuestos CLP 1,62 y uno de otras nacionalidades paga CLP 1,61.
En relación a la caracterización de personas migrantes que están llegando a Chile, el informe señala que se trata de migrantes económicos, que acceden al sistema de visas y de otros con necesidades de protección y económicas que se vieron forzados a salir de sus países y no logran acceder al sistema migratorio ni de protección. En paralelo, destaca que el registro y la regularización de la población permite organizar el proceso migratorio y potenciar la integración.
En esa línea resalta que Chile ha hecho avances en el proceso de empadronamiento y registro biométrico, lo que permite tener mejor conocimiento de los migrantes. Con esto esto, el informe entrega una serie de recomendaciones para una política migratoria integral: Institucionalidad más fuerte y mejor coordinación para la gestión de la migración, mayor conocimiento de la población migrante y mitigación de desconfianza o incertidumbre, para facilitar la inclusión y la convivencia entre poblaciones, superación de brechas en comunidades de acogida, fortalecimiento de economías locales y cohesión social, mitigar los efectos negativos de la migración en comunidades receptoras y disminuir la presión sobre servicios públicos en zonas específicas, mitigar las vulnerabilidades específicas de ciertos grupos de población migrante como mujeres, niñas y niños y adultos mayores y una distribución equilibrada de los esfuerzos y responsabilidades regionales.
Puedes leer el informe completo aquí ¿Puede la migración beneficiar a Chile? Desafíos y oportunidades,