Señor director,
A pocos días de conmemorar los 50 años del golpe de estado, también recordamos el drama del exilio que miles de compatriotas sufrieron durante la dictadura.
Esos miles de chilenos y chilenas tuvieron que dejar su tierra y a sus seres queridos contra su voluntad. Solo gracias a la generosa acogida de tantos pueblos que brindaron cariño incondicional y oportunidades de integración, la mayoría de nuestros compatriotas pudieron rearmar sus vidas, no sin padecer en el exilio la nostalgia de la patria lejana y la incertidumbre sobre un posible retorno a ella.
Hacer memoria de nuestras heridas como nación será un acto de justicia solo si conlleva el compromiso irrestricto con la democracia y con el respeto, defensa y promoción de los derechos humanos, ahora y siempre, sea chileno o sea extranjero, en esta tierra o en la más distante.