Como Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) nos parece no sólo fundamental, sino necesario, el proceso de regularización extraordinaria que comienza con la publicación de la nueva Ley de Migración y Extranjería, el día de hoy martes 20 de abril.
Sin embargo, también creemos relevante manifestar nuestra inquietud frente a las limitaciones del proceso, pues existen elementos que no permitirán que ésta sea una respuesta efectiva para las personas que se encuentran en situación de irregularidad.
Esta medida no considera a aquello/as que ingresaron al país después del 18 de marzo de 2020; como tampoco y por primera vez, a quienes han ingresado por pasos no habilitados. Será un importante grupo de personas las que permanecerán en la informalidad y sin poder regularizar su situación en el país. Una preocupación latente y permanente y que se hará cada vez más compleja para todos, incluido el Estado.
La salida del país, sin sanciones, para solicitar una visa en el extranjero, es hoy una medida impracticable, no sólo por la situación sanitaria que vivimos, sino también por los recursos económicos que ello implica, la incertidumbre sobre el cumplimiento de los requisitos y su efectiva obtención.
Las diversas crisis que se están produciendo en nuestro continente, siguen obligando a miles de personas a huir de sus países y las visas consulares no parecen ser la herramienta más adecuada en estos momentos, de muestra solo basta seguir los indicadores de la Visa de Responsabilidad Democrática para la población Venezolana.
Todos queremos una migración segura, una migración ordenada y una migración regular, pero para que ello ocurra es necesario que las vías otorgadas a esa migración sean acordes a la realidad y a las necesidades. De otra forma, seguiremos aumentando la migración irregular.