El proyecto “Exploradores” cumplió el desafío de conectar con niños y niñas de entre 7 y 12 años en formato digital para generar con ellos y ellas un espacio de juego y educación al tiempo que reforzamos su identidad y experiencias migratorias libres de discriminación.
El proyecto parte del área de Educación del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) de Arica, desde la necesidad de trabajar la migración en los niños y niñas, considerando experiencias anteriores, crearon un espacio de juego y distracción en medio de la pandemia por Covid-19. Trabajaron con 16 niños y niñas, parte del grupo de 35 familias con las que se sostiene un trabajo permanente, apoyados por la Subsecretaría de la Niñez.
Karina O’Ryan, responsable del área de Educación e Interculturalidad del Servicio Jesuita a Migrante de Arica, explica que “Exploradores es un proyecto que se genera a partir de la evaluación sobre la importancia de trabajar con niños y niñas migrantes, pero además estar enfocados en sus derechos, teníamos claridad que queríamos relevar la experiencia migratoria como eje transversal, trabajando la identidad, familia y vínculos con el territorio para profundizar el conocimiento de su barrio”.
Tenían la necesidad de trabajar no desde la estigmatización o etiqueta de “migrantes”, sino que generando un espacio que les diera la posibilidad de ver que hay otros y otras que viven sus mismos procesos y que lo pudieran ver de una manera positiva, compartir y valorarlos.
O’Ryan impulsó este proyecto con Jeniffer Muñoz, también del área de Migración y Escuela del SJM de Arica, junto a la colaboración de tres voluntarios. Para ellas el logro más importante de Exploradores fue que pudieron crear, pese a las complejidades de la virtualidad, espacios seguros para comentar cosas de la vida cotidiana de las y los participantes, de su pasado, de su trayecto migratorio, de sus familias.
En ocasiones los exploradores hacían relatos personales bien duros, que para ellos era importante comunicar y que quizá no se sentían seguros de expresar en otros espacios. “Cuando alguien contaba algo y luego otro abría el micrófono y decía ‘a mi también me pasó eso’, creo que eso refleja la inspiración y lo que este proyecto buscaba, que no se diera el contexto que a veces se da en una sala de clase con otros niños y niñas, donde su experiencia los y las estigmatizaba más”, comenta contenta Karina O’Ryan, quien sigue viendo una gran necesidad de abrir más instancias de este tipo para niños, niñas y adolescentes migrantes en nuestro país.
Exploradores se enmarca en el programa Niñez Migrante Protegida que el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) desarrolla junto a la Subsecretaría de la Niñez, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social.