Se trata de una iniciativa colaborativa entre distintas instituciones de iglesia, que busca albergar a decenas de ciudadanos de Venezuela que quieren retornar a su país. “Es un acto de justicia”, afirman desde el Servicio Jesuita a Migrantes.
La crisis los dejó sin ingresos ni vivienda y hoy más de 700 personas esperan la oportunidad de regresar a Venezuela. De ellas, cerca de 350 están durmiendo en las afueras de la embajada de su país. En las cercanías del lugar, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), Incami y la Parroquia de la Anunciación implementaron una solución temporal que les dará refugio en estos difíciles días de espera.
La primera etapa es un dormitorio temporal para 50 personas. Tendrá calefacción para la noche, se les entregarán sacos de dormir y se habilitarán duchas. Todo esto, a escasos metros de la embajada, sector del cual no quieren salir. El lugar dará alojamiento prioritario a menores, personas de tercera edad y mujeres.
“Llegaron a Chile en busca de una segunda oportunidad y están terminando su estadía en el país literalmente en la calle. Distintas organizaciones nos unimos para mejorar en algo su situación. No podemos permitir que queden niños a la intemperie con el frío y la lluvia. Debemos cuidarnos no sólo del virus, sino también de la indiferencia. Es un acto de justicia ofrecer un albergue temporal”, afirmó el director Nacional del SJM, José Tomás Vicuña SJ.