Recientemente la Campaña por una Niñez con Derechos Sin Fronteras hizo la entrega de una serie de documentos al gobierno de Gabriel Boric para proteger a los niños migrantes. El derecho a ser regularizados, a tener acceso a la salud y a la educación son garantías estatales con las que no todos los menores de edad cuentan, especialmente aquellos que ha ingresado por pasos no habilitados. Aquí, una radiografía a esta situación.
Son las 15:35 de la tarde al interior de una antigua casona ubicada en la calle Huérfanos, en el centro de Santiago. Más de veinte mujeres están sentadas una al lado de la otra, calladas, escuchando a la expositora. Entre las oyentes se ven colombianas, argentinas, chilenas, italianas, brasileras, mexicanas; mujeres morenas, blancas, negras, trigueñas. También hay niñas, madres, adolescentes, jóvenes, ancianas, solteras y casadas. Todas reunidas por el genuino interés de generar una suerte de refugio entre ellas.
De pronto las sillas se mueven y el círculo de participantes se abre, cuando ingresan tres mujeres más al salón de paredes blancas y recovecos florales.
–Mi nombre es Rosa María Hernández, vine con mi hermana y mi hija…
–¡Paz! –aclara la infante con zapatos brillantes que se sienta sobre su regazo. Las risas producen un eco que rebota en el alto techo del edificio.
–Ella es mi hija Paz, y somos venezolanas.
¡No! Chilena –la interrumpe de nuevo.
–Bueno, ella se asume chilena, pero no tiene pasaporte.
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La crisis sanitaria, política y económica que atraviesan diversos estados de la región, como Venezuela y Haití, ha impulsado un flujo migratorio sin precedentes. Miles de personas, incluyendo a menores de edad, se desplazan hasta llegar a las principales ciudades del país, como Santiago, Iquique y Valparaíso. Pero, muchos de estos trayectos comienzan con un ingreso dificultoso, en los desérticos y extensos límites entre Chile, Perú y Bolivia.
La cifra exacta de niños y adolescentes que han migrado a Chile de manera irregular se mantiene incierta. De acuerdo a los datos recabados por Carabineros en la Región de Tarapacá, solo en 2020 ingresaron 5.930 menores por pasos fronterizos no habilitados. Y, según las estadísticas solicitadas por el Servicio Jesuita Migrante a la Policía de Investigaciones (PDI), en 2021 este número ascendió, al menos, a 6.114.
Asimismo, desde marzo de 2021 que la Coordinadora Nacional de Inmigrantes en Chile y el Colectivo Sin Fronteras han levantado una campaña que promociona el resguardo los derechos de los niños, niñas y adolescentes (NNA) que hayan ingresado al país de manera irregular. La titulada “Campaña por una Niñez con Derechos Sin Fronteras”, cuyo informe estadístico se publicará durante el mes de mayo, evidenció que de los 731 NNA migrantes irregulares encuestados, el 72% de ellos tiene menos de 12 años.
Paz Florencia Hernández Fernández forma parte de este grupo. Cuando las demás asistentes del encuentro le preguntan qué edad tiene, la pequeña de pelo cobrizo y ojos oscuros las queda mirando. Uno por uno, levanta tres dedos de su mano izquierda. Luego, cuando continúa la narración de otra madre migrante, la niña guarda silencio mientras su madre la abraza y le besa la mejilla.
Acceso a regularización de los niños
Cuando un menor de edad ingresa al país de manera no autorizada, generalmente pueden ser registrados por dos tipos de autoridades. “Una de ellas es la PDI, pero el problema es que no registran a menores de 18 años. La otra vía es Carabineros, que tienen datos sobre los NNA pero que también registran menos cantidad de personas, porque la autoridad fronteriza es la PDI (…) Entonces la cifra total se vuelve un número gris”, reflexiona Pablo Roessler, jefe de estudios del Servicio Jesuita a Migrantes.
Sin embargo, el trabajo de Carabineros, PDI y de las autoridades sanitarias es la primera respuesta humanitaria que reciben aquellos que migran irregularmente, según detallan desde la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Chile. “Tenemos equipos desplegados en fronteras y existe una coordinación permanente con las policías, quienes han sido fundamentales en este proceso. Hasta hace un par de meses existía un campamento de asistencia a primeras necesidades habilitado en la misma Comisaría de Carabineros en Colchane (Región de Tarapacá)”, explica Francisca Valdivia, asistente senior de implementación de la OIM Chile.
En este caso, Paz tenía apenas diez meses cuando cruzó en 2019 la frontera entre Tacna y Arica, en los brazos de su madre. A ella, Rosa María, le alarmaba el sofocante calor que la ahogaba esa tarde de febrero mientras caminaba. Al llegar a territorio chileno, realizó una solicitud de refugio para ella y su hija.
–Yo tengo años viviendo en Chile, desde el 2014, pero he hecho intermitencias porque soy actriz de teatro. En ese momento yo tenía la Visa Temporaria porque contaba con un empleo formal. Estuve de gira en diferentes países y en Argentina quedé embarazada, pero fue una relación que no funcionó. Regresé a Venezuela en 2018, donde nació mi hija. Salimos de allí cuando tenía seis meses y estuvimos en Ecuador un rato porque en Chile no nos recibían.
–¿Por qué?
–Porque no tenía un pasaporte para mi hija, porque Venezuela no se lo emitió cuando ella nació. Estando en Ecuador, allí el Consulado Chileno nos dijo que sí podíamos venir, pero que teníamos que entrar por tierra.
A propósito de la legislación, la Nueva Ley de Migraciones determina en su artículo 28 que cuando un menor ingresa sin documentación “deberá darse lugar al procedimiento descrito, procurando en todo momento el interés superior del niño, niña o adolescente y su puesta en cuidado de la autoridad competente”. Pero en ese entonces la normativa era otra, y su solicitud de refugio fue rechazada. Tuvieron que comenzar su proceso de regularización desde cero.
“Además, hay que recordar que Venezuela no emite carnet de identidad para menores de nueve años, lo cual provoca todo un desafío de identificación para las autoridades fronterizas”, aclara Francisca Valdivia de la OIM Chile. En relación a esto, en 2018 Chile se adhirió los principales tratados sobre la apatridia: la Convención de 1954 sobre el Estatuto de las Personas Apátridas y la Convención de 1961 para Reducir los Casos de Apatridia.
Acceso a la Salud
Mientras Paz juega con el teléfono de su madre, acostada sobre sus piernas, su nariz comienza a gotear. Su mano se tiñe roja y rápidamente Rosa María saca un pañuelo de su bolso morado para contener el sangrado. Al ver que la niña se asusta por el hilo rojo que le destila, desde otro lado de la habitación una mujer migrante le sugiere, con señas, que la acurruque para calmarla.
–El año pasado le detectaron una condición autoinmune crónica, ella tiene artritis idiopática juvenil. Cuando comenzó su tratamiento, Paz no tenía ni siquiera el RUT provisorio de salud. Todo tuvo que hacerse de manera privada y yo peleé con garras y dientes. Finalmente, con ese RUT provisorio pudo entrar al sistema público por el AUGE, donde está siendo bien atendida.
–¿Por eso le dio sangre de narices?
–Ja, ja. No, es porque estábamos jugando –sonríe mientras mira a Paz, quien ahora está tomada de la mano de su tía.
Los datos revelados por la “Campaña por una Niñez con Derechos Sin Fronteras” demuestran que el 57% de los NNA migrantes irregulares no ha recibido ningún tipo de apoyo relacionado al ámbito de la salud en Chile. Además, un 11% presenta enfermedades crónicas, infecciones agudas o algún tipo de discapacidad.
Sin embargo, en 2016 entró en vigencia el Decreto número 67 el cual incorpora a los extranjeros sin Visa o documentos como beneficiarios del Fondo Nacional de Salud (FONASA).
Desde el inicio de sus travesías, “estos niños están expuestos a condiciones difíciles: viajes largos, caminatas extenuantes, dormir a la intemperie. Además, no han completado el esquema de vacunación necesario durante la infancia temprana y no tienen una nutrición adecuada que les permita un desarrollo físico y mental. También están expuestos a enfermedades por falta de higiene, hacinamiento y pobreza. Y los adolescentes son vulnerables de ser víctimas de robos, abusos y tráfico de personas”, manifiesta Adriana Palomares, coordinadora regional de Médicos Sin Fronteras para Sudamérica.
Acceso a la educación
El mismo estudio de las colectividades también expuso que el 28% de los NNA encuestados no cuenta con una matrícula en una institución educativa. De ellos, un 45% tiene menos de 7 años, al igual que Paz.
–La niña está a punto de cumplir cuatro años y solamente tiene un acta de nacimiento, apostillado. No tiene identidad venezolana, no tiene identidad chilena. Yo sí me encuentro en el Registro Nacional de Hogares, pero aparezco sola, ella no sale como carga mía. Me preocupa. El tiempo pasa y ella sigue creciendo, necesita escolarizarse.
–¿Y no puedes acceder a los beneficios estatales?
–Podríamos acceder a JUNJI (Junta Nacional de Jardines Infantiles) o Integra, que son los sistemas públicos y gratuitos de jardines infantiles, pero las listas de espera son muy amplias en Santiago Centro y todo el tema del pasaporte ha sido una conversación permanente en Salud, Educación e Interior. En todas las oficinas a las que llegamos, nos miran y nos dicen «¿pero por qué no tiene pasaporte?». Te ven como irresponsable, como si no hubiéramos hecho nada.
The Clinic intentó contactarse con la JUNJI sobre eso, pero al cierre de este reportaje no había obtenido respuesta.
Respecto a este asunto, la Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, establece que “todo niño/a independiente de su situación migratoria, tiene derecho a la educación, por lo que es deber de los organismos del Estado asegurar este derecho. (…) Los problemas de exclusión educativa debido a la falta de matrícula de niños, niñas y adolescentes generan una serie de efectos, como rezago educativo y afectación del aprendizaje esperado. Existe suficiente evidencia de que, a mediano plazo, se ha comprobado el efecto de la exclusión educativa en, por ejemplo, problemas de salud mental y consumo problemático de sustancias, así como en la reincidencia de la conducta delictiva”.
La jornada está por terminar. Una de las asistentes propone escuchar un poema del artista haitiano Makanaky Adn y desde un parlante se escucha el cantar suave de las aves. Paz aprovecha ese momento de calma para subir la escalera de madera en forma de caracol y sentarse en uno de los peldaños. Lleva las manos a sus rodillas y presta atención a las palabras que emergen de una esquina del salón:
Hace tuto niñito de mamá
Y en cada gesto
No llores, esto se repite
Cada gota de lágrima
Es más pena que despierta.
La campaña que propone superar los obstáculos
Son las 11 de la mañana, han pasado cinco días desde el encuentro, y las murallas del centro de la capital resplandecen con la luz del sol. Hay diez personas reunidas frente al Palacio de La Moneda, llevan cientos de papeles y gruesos archivadores de oficina en sus manos. Vinieron a realizarle una petición a la Subsecretaria de Interior, en representación de la “Campaña por una Niñez con Derechos Sin Fronteras”. De pronto, despliegan un lienzo azul, con la imagen de un volantín naranjo.
–Vinimos a entregarle insumos a la Subsecretaría para abordar el contexto grave de vulnerabilidad que están viviendo niños, niñas y adolescentes que han ingresado por pasos no habilitados. Esto debe poner un punto de inflexión en la Política Migratoria de este nuevo gobierno –declara Patricia Loredo, directora del Colectivo Sin Fronteras.
–Estamos ante una emergencia nacional con respecto a la niñez migrante. Por eso hemos visitado diferentes regiones y establecido distintos operativos para levantar estas noventa peticiones de regularización de menores –agrega Vanessa González, vocera de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes.
Ambas organizaciones ya habían realizado 240 peticiones a la Subsecretaría del Interior durante el Gobierno de Sebastían Piñera. Aún no consiguen respuesta. Esta vez, se trata de la primera petición realizada a la administración del Presidente Gabriel Boric.
No obstante, en enero de 2022, antes de asumir como Ministra del Interior, Iskia Siches, ya había recibido una carta que solicitaba una reforma a la Visa para menores de edad migrantes, para que luego de un año puedan acceder de manera automática a una Permanencia Definitiva. El documento llevaba la firma de más de cincuenta expertos y organizaciones dedicadas a la migración y los derechos humanos.
Antes de ingresar al edificio y entregar la carta de petición, la decena de personas exclaman al unísono:
¡Por derecho a migrar
Nadie en Chile es ilegal!
María Rosa quería participar de la convocatoria con su hija, pero el compañero con quien vende tabaco por Facebook faltó al trabajo y tuvo que reemplazarlo. Con su voz hecha un suspiro, lamenta haberse perdido la oportunidad de encarar a las autoridades.
–Espero que la regulación de Paz ocurra pronto y que sea tratada como la ciudadana que es. Que haya garantía de que sus derechos serán respetados, porque hasta hoy solo se han respetado en el papel y no en la práctica. Quiero que cuando crezca ella pueda decir que es migrante y que fue tratada de manera justa– reflexiona. Mañana Paz cumple cuatro años.
Fuente: The Clinic