En 2021 hubo cerca de 6 mil ingresos de este segmento etario por accesos no oficiales. Las temperaturas extremas que se registran durante el invierno son la principal amenaza.
El frío extremo de las noches en zonas desérticas y precordilleranas en la frontera norte, a lo que se agregan fuertes ventiscas durante esta época del año, golpea con mayor fuerza a menores de edad que integran caravanas o grupos familiares que siguen intentando ingresar al país por pasos no habilitados, particularmente por la zona de Colchane (Región de Tarapacá).
Un flujo migratorio que no se ha detenido pese al invierno, según reconocen en la localidad fronteriza con Bolivia, que ha sufrido por más de dos años la llegada de miles de extranjeros con situación migratoria irregular. En el poblado esta semana se registraron intensos vientos de hasta 85 km/h y una temperatura promedio de -7 ºC.
Como evidencia de esta crisis humanitaria, de acuerdo al Balance de Movilidad Humana en Chile 2018-2022 del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), durante 2021 un total de 5.983 niñas, niños y adolescentes (NNA) registra ingresos por pasos no habilitados (IPNH). Del total, 5.130 corresponden a nacionalidad venezolana (86%). Un alza que triplica los registros de 2020, cuando se reportaron 1.975 casos, y aumenta de manera exponencial al considerar los 82 ingresos de menores de edad notificados en 2019.
No obstante, desde el SJM sostienen que las cifras podrían ser aún mayores debido a que los datos de Carabineros corresponden a una aproximación del número de ingresos, ya que esta institución no actúa como autoridad fronteriza y, además, los registros de la Policía de Investigaciones (PDI) no incluyen a menores de 18 años.
‘Todos los años entre 2017 y 2022, la mayoría de los ingresos son por parte de niños/as de 0 a 13 años, quienes, entre este período, conforman el 85% de los ingresos por pasos no habilitados de NNA y solo el 15% ha sido por adolescentes de 14 a 17 años’, agrega el informe.
Para Patricia Rojas, presidenta de la Asociación de Venezolanos en Chile, esta contingencia se originaría en la política migratoria impuesta por las autoridades chilenas, que dificulta el acceso a las visas de reunificación familiar. ‘Esto no debe sorprender a nadie, en Chile hay padres y madres que han solicitado algún tipo de visa consular para la reunificación familiar, pero no han tenido acceso a estas solicitudes. Debido a la desesperación de haber pasado cuatro a cinco años sin haber visto a sus hijos, los padres están viendo la opción de ingresar a sus hijos por pasos no habilitados en la zona norte’.
Según el informe, los datos disponibles entre el 1 de enero al 6 de marzo de este año indican que ya han entrado 990 menores de edad por pasos no habilitados. Este registro representa casi la mitad de ingresos irregulares de este segmento etario reportados en todo 2020.
‘Las cifras analizadas nos muestran una alta presencia de NNA menores de 14 años, quienes pasan por situaciones extremadamente graves para ingresar al país. A través del trabajo de nuestros equipos de atención directa en Santiago, Iquique, Antofagasta y Arica, sabemos que la situación en la frontera hoy es muy peligrosa, y que los niños y niñas están en un riesgo permanente de sufrir abusos y daños, lo que tiene graves consecuencias en su bienestar (…). Es por esto que, en nuestras propuestas, subrayamos la importancia de implementar una red de servicios de emergencia que acoja sobre todo a niños, niñas y adolescentes con una mirada de respeto y garantía de los derechos humanos desde un enfoque interseccional, que permita iniciar un proceso de inclusión efectivo’, comenta Ignacio Eissmann, director del Área de Incidencia y Estudios del SJM.
Fuente: El Mercurio.