Con acciones de distintos tipos, el equipo del Servicio Jesuita a Migrantes está acompañando a los ciudadanos venezolanos.
Se trata de cientos de personas que están en la calle, pasando la noche a la intemperie, muchos con sus hijos en las inmediaciones del consulado de Venezuela. “Hace unas semanas comenzaron menos de 30 personas durmiendo a las afueras de la Embajada, pero hoy hay más de 650, donde se cuentan más de 100 niños, niñas, 5 mujeres embarazadas y 26 adultos mayores. Se organizan en grupos donde se van anotando y hay representantes para cada uno. La Parroquia de la Anunciación, que está muy cerca, está ofreciendo alojamiento a grupos prioritarios. Hay comida, ropa, pero al mismo tiempo confusión e incertidumbre”, afirmó el director Nacional JOsé Tomás VIcuña SJ luego de estar varias horas conteniendo a las personas en el lugar.
“La Embajada de Venezuela no ha sido clara y hay temor a que si se van de afuera de la Embajada pierdan un posible vuelo. Tiene sentido ofrecer albergue porque hay niños, niñas, adultos mayores y el frío va aumentando. No es por algo de tiempo, es por humanidad y seguir evitando la propagación el contagio. Hace poco más de un año se hablaba todos los días de los derechos humanos de las personas venezolanas. Es contraproducente con ello, decir ahora que no tiene sentido ofrecer albergue si están durmiendo en la calle”, agregó.