En el marco de la alianza entre el Servicio Jesuita a Migrantes y el programa HIPPY de Fundación CMPC, se realizó en el auditorio del edificio Pedro Arrupe S.J. en Santiago, un encuentro sobre salud mental y migración.
HYPPY atiende alrededor de un 90% de familias migrantes, la mayoría de ellas venezolanas. “Ya llevamos dos o tres años haciendo talleres de acceso a derechos y este año, viendo la situación particular que ha pasado en Venezuela, y en general con la situación migratoria, hemos visto con nuestras familias que el tema de la salud mental se ha visto afectado”, señaló Rosa Aguirre, coordinadora del programa HIPPY Santiago.
La charla y la conversación posterior sobre salud mental y migración, se enfocó en reconocer las etapas que experimentan las personas en movilidad, la sintomatología y procesos del duelo migratorio.
Marion Castro, sicóloga del SJM que realizó la presentación, indicó que la sintomatología como estrés y ansiedad, está asociada a “la aculturación que se debe al desarraigo más discriminación, a la discriminación por etnia, género, nacionalidad, entre otros, dificultad en el aprendizaje de nuevas habilidades sociales y normativas de la nueva sociedad a la que se integran y a la marginación, que es el nulo o escaso ejercicio de derechos”.
En cuanto a las estrategias para acompañar este proceso, destacó el facilitar espacios de escucha, promover redes de apoyo, generar espacios que promuevan el encuentro, entre otros.
“Sirve para salir del miedo y enfrentar todo lo que nos viene”
Las participantes de la charla valoraron la instancia. Yrasema Fernández, señaló que sirve “para salir del miedo y aprender a enfrentar a todo lo que nos viene en la sociedad, de un país a otro”. Además, añadió que la sociedad de acogida puede ayudarles en este proceso “a través de un buen trato, buena conversación”.
Por su parte, Branyulis Zarraga, contó que les serviría mucho en términos de salud mental “hacer un grupo de apoyo para que aquellas personas en situación irregular que queramos trabajar, servirle a la sociedad, que nos busquen una manera de integrarnos a la sociedad, para que podamos hacer lo que sabemos”.
Esta actividad se enmarca en el trabajo habitual de HIPPY, programa con presencia en 17 países, que busca empoderar a los padres, madres y/o cuidadores para que sean los primeros educadores y formadores de sus hijos/as en el hogar.
“Me ha enseñado a crecer más como mamá, ya que yo tengo una niña y el aprendizaje ha sido muy satisfactorio para ella como para mí y sus hermanos. Mis hijos que son más grandecitos han convivido en la tarea diaria con la pequeña a través del programa HIPPY”, destacó Branyulis.