Ministro del Interior, Rodrigo Delgado, sostuvo que por la edad de uno de los fallecidos (69 años) “nos hace pensar que ya no son solo jóvenes los que vienen a esta arriesgada acción”.
Un migrante venezolano y una colombiana perdieron la vida, la madrugada de ayer, mientras intentaban llegar a la localidad fronteriza de Colchane (Tarapacá) tras ingresar a Chile por pasos no habilitados desde Bolivia. Estos hechos ocurren en medio de una intensa ola migratoria en la frontera norte, con el ingreso de hasta 1.600 extranjeros en los últimos días.
El primer fallecido, identificado como Ricardo Godefroy Araujo (69), murió a la 1:30 horas de ayer, en el sector del exvertedero de Colchane. De acuerdo al relato de su acompañante, su nuera Érica Barrios, Godefroy ya presentaba problemas respiratorios en Colombia, desde donde pretendían llegar a Santiago. “Entrando a Chile dijo que no podía respirar, que no sentía las piernas y se desplomó. La gente que venía con nosotros le hizo maniobras de reanimación y respiración boca a boca, hasta que se dieron cuenta de que no vivía. Ahí todos se fueron”, explicó Barrios.
El fiscal del Ministerio Público Hardy Torres detalló que “cuando los carabineros estaban atendiendo el procedimiento del ciudadano venezolano, recibieron información de que había una ciudadana colombiana, de 35 años de edad, fallecida en la vía pública, frente al gimnasio municipal”. Según testigos, la mujer, no identificada, también tenía problemas para respirar.
El ministro del Interior, Rodrigo Delgado, afirmó que “lo ocurrido ratifica algo que venimos diciendo hace tiempo, porque las condiciones en las que llegan estas personas son un riesgo para su salud. Detrás de esos traslados hay quienes lucran con la desesperación de las personas y las abandonan en condiciones adversas”. Agregó que por la edad de una de las víctimas, “nos hace pensar que ya no son solo jóvenes los que vienen a esta arriesgada acción”.
Los dos fallecidos se suman al deceso de una mujer, a fines de 2020, quien se desplomó en la frontera, también con problemas respiratorios a causa de enfermedades crónicas.
El alcalde de Colchane, Javier García, lamentó los decesos y llamó a los gobernantes de Latinoamérica, “que tienen en sus manos la responsabilidad de esta migración, a no hacerse los ciegos cuando miles de seres humanos atraviesan cinco países, como mínimo, para llegar a un destino que suponen mejor”.
García también hizo un llamado a las autoridades del Ministerio de Salud para reforzar el personal de salud municipal que ‘se encuentra colapsado’. Desde el Colegio Médico de Iquique apuntaron a que “actualmente Colchane están en medio del invierno altiplánico’, por lo que las temperaturas oscilan bastante y hay riesgo de hipotermia”.
Alfredo Núnez, vocero de los venezolanos residentes en Tarapacá, aseguró que “el flujo actual se mantendrá hasta, por lo menos, el 10 de febrero. Son personas que esperaban llegar a Chile antes del 3 de febrero, ya que se anunció la militarización de la frontera, pero muchos se van demorando. Además, hay personas que están mal económicamente en Colombia, Perú y Bolivia producto de la pandemia y que decidieron viajar a Chile”.
Ante el escenario que se vive en la frontera norte, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) lamentó la muerte de las dos personas en Colchane y en un comunicado expresó que “creemos que Chile debe estar a la altura, entregando una respuesta no solo migratoria, sino que sobre todo humanitaria y que contenga la crisis sanitaria. Esos son los elementos primordiales, pero además hay que entender que esta situación es continental, por lo que la respuesta debe ser continental también”. Por ello, el SJM destaca “las recientes iniciativas de control de la frontera, como un deber del Estado (chileno) en pos del freno a la trata y tráfico (de personas)”.

– “Son personas que esperaban llegar a Chile antes del 3 de febrero, ya que se anunció la militarización de la frontera”.
ALFREDO NÚNEZ Vocero de los venezolanos residentes en Tarapacá
– “Es una cruzada migratoria a pie, sin alimentación y muy poco conocimiento del terreno al que van (.). Además, el invierno altiplánico’ es un tremendo riesgo”.
LIZZA ARAVENA Jefa del Servicio Jesuita a Migrantes en Antofagasta
Fuente: El Mercurio